sábado, 2 de abril de 2011

hotel el fin.

Hotel del fin by brunocossio
Hotel del fin, a photo by brunocossio on Flickr.

Los 40 minutos de ida hasta el Roque de los Dos Hermanos no se pasan tan rápido a pesar de ser en bajada. Son una batalla contra el viento que en el caso de Bajamar, por causas misteriosas y místicas, siempre sopla en contra. Vayas adonde vayas. La vuelta es más bien una batalla contra uno mismo. No es tanto contra el cansancio de un camino de retorno de 22 kilómetros de distancia y 600 metros de desnivel, sino más bien contra el efecto del cansancio sobre tus ganas de seguir. Uno tiene que convencerse de que no está cansado hasta el punto de no estarlo de verdad, ignorando el propio reflejo en los cristales y las caras de los conductores que vienen de frente que te hacen entender lo demacrado que estás y lo desdencajada que está tu cara.
La llegada a la curva de Las Canteras y la bajada que llega después a modo de recta final, con La Laguna al fondo y el Teide pintado en el cielo es la catarsis de un viaje que, por mucho que hago, no empieza a ser ni un poquito rutinario. Lanzado a casi 60 por hora hasta la línea de meta, la sensación de poder es tan grande como el dolor que se siente en el culo. Aplíquese a la vida en general.

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